viernes, 20 de marzo de 2020

Virus ideológico

Los desastres sacan a la luz lo mejor y lo peor de la humanidad; ponen a prueba a cada persona y a cada jefe. Los desastres (naturales, según Garzón Valdés) pueden ocasionar calamidades (humanas) y, también, dar pie a gestas, pequeñas y grandes. El Covid-19 ya es una ocasión para todo ello.

Empezó con el virus ideológico. "Ese virus chino", dijo Trump; y después repitió Mario Vargas Llosa en una columna vergonzosa: "Nadie parece advertir que nada de esto podría estar ocurriendo en el mundo si China Popular fuera un país libre y democrático y no la dictadura que es" ("¿Regreso al Medioevo?", El País, 14.03.20). Sin los chinos, tal y como son, no habría virus; los virus te atacan según el credo que profeses, qué tal. El argumento tenía que ver con que la libertad de información hubiera ayudado a prevenir la epidemia.

Los hechos -vertiginosos en estos tiempos- los han desmentido (a Trump y a Varguitas). Hay más infectados en el resto del mundo que en China, hay más muertos en Italia que en China, los gobiernos del resto del mundo no actuaron mejor que el chino a pesar de contar con la ventaja del tiempo.

Al desastre, italianos, españoles y gringos han agregado la calamidad (no hablemos de Brasil y México). Europa -la cuna de la ilustración- ha sido "la gran decepción de esta crisis": falta de coordinación, cooperación continental, ayuda mutua, incapacidad para generar respuestas comunes ("Europe Has Been the Greatest Disappointment in This Crisis", Spiegel International, 18.03.20). Mientras tanto, los chinos exportan personal médico, asesores y equipos, a medio mundo, Europa incluida. La fraternidad de la enseña iluminista se muestra escasa y dispareja.

Uno de los síntomas de la época es la hiperpolitización de la vida. Los virus nos enseñan que somos humanos, primariamente, antes que cualquier otra característica. El Covid-19 no será solo el fracaso del America First trumpiano, promete ser el fracaso de muchas otras opciones políticas.

2 comentarios:

Ivan Cano dijo...

Si, la política de los muros no ha funcionado muy bien para esta nueva crisis, el virus se les ha colado por las rendijas. Parece una venganza contra la arrogante Europa que no solo ha dado la espalda al terrible éxodo ocasionado por la guerra en Siria, sino que además ha dejado morir a millares en el mediterráneo, la mayoría mujeres y niños que huyen de su miserable situación. O serán estrategias del bocachancla de Trump? Que despotrica de todos con su sialorrea mental. O de los chinos, para nada buenas personas, en una maquiavélicamente jugada. O los rusos? que lo hayan usado como arma arrojadiza pa que se peleen entre ellos.
Pero, en todo caso el Covid esta dando un respiro a esta pobre naturaleza, cada vez más azotada por la despiadada humanidad.
Saludos

Ana Cristina Restrepo dijo...

Gracias, querido Jorge. Vargas Llosa solo repitió en su columna lo que siempre ha sido, gran Nobel, pésima persona. Y de este virus quedan dos grandes beneficios a largo plazo: el despertar del Ser Humano y la caída de Trump. Ojalá prolonguemos la lección.