El principio de la compasión se encuentra en el corazón de todas las tradiciones religiosas, éticas y espirituales, haciendo siempre un llamado a tratar a todos los demás como quisiéramos que nos trataran a nosotros. La compasión nos impulsa a trabajar arduamente para aliviar el sufrimiento de nuestros semejantes para destronarnos del centro de nuestro mundo y poner a otro en su lugar, y honrar la inviolable santidad de cada ser humano, tratando a todos, sin excepción, con justicia, equidad y respeto absolutos.
También es necesario tanto en la vida pública como privada, evitar consistente y enfáticamente infringir dolor. Reconocer que actuar o hablar violentamente por rencor, chovinismo o interés propio, empobrecer, explotar o negar los derechos básicos a alguien e incitar al odio al denigrar a otros –incluso nuestros enemigos– es una negación a nuestra humanidad en común. Reconocemos que hemos fallado al no vivir de manera compasiva y que algunos incluso han aumentado la miseria humana en el nombre de la religión.
Por lo tanto hacemos un llamado a todo hombre y mujer para que restituya la compasión al centro de la moralidad y la religión, para volver al principio ancestral de que cualquier interpretación de la escritura que crea violencia, odio o desdén es ilegítima, para asegurarse que la juventud está recibiendo información exacta y respetuosa acerca de otras tradiciones, religiones y culturas, para que inste a la apreciación positiva de la diversidad cultural y religiosa, a cultivar una empatía informada hacia el sufrimiento de todos los seres humanos, incluso aquellos que se consideren enemigos.
Necesitamos urgentemente hacer que la compasión sea una fuerza clara, luminosa y dinámica en nuestro mundo polarizado. Enraizada en la determinación de principios que trasciende el egoísmo, la compasión puede romper los límites políticos, dogmáticos, ideológicos y religiosos. Nacida de nuestra profunda interdependencia, la compasión es escencial para las relaciones humanas y para una humanidad satisfecha. Es el camino al entendimiento e indispensable para la creación de una economía justa y una comunidad global pacífica.
2 comentarios:
Muy concreta la exigencia de la compasión. Es absolutamente necesario y urgente volver la mirada al sentido de humanidad. Gracias Jorge
La compasión mantiene el necesario equilibrio para preservar la humanidad en vida. Poner en el lugar de la cultura la condición humana. ¿Cómo evitar que la compasión se convierta en entelequia? es el trabajo práctico de hombres y mujeres compasivos. Abrazos Jorge! Mauricio Zapata
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