lunes, 3 de diciembre de 2018

A Federico le va bien, a Medellín menos

Con esta frase pretendo sintetizar las conclusiones de la Encuesta de Percepción Ciudadana Medellín 2018 que realiza la firma Ipsos-Napoleón Franco para el proyecto Medellín cómo vamos. En efecto, el alcalde mejoró en cuanto a confianza, favorabilidad y gestión con puntajes muy altos (67,78, 91). Todas las dependencias municipales mejoraron su trabajo, menos Tránsito. La única institución local castigada por la ciudadanía es el Concejo de Medellín que obtuvo la menor favorabilidad y aprecio por su labor de los últimos once años. Entidades del orden nacional, como Bienestar Familiar y la Policía, sufrieron caídas en su favorabilidad.

A la ciudad le vamos menos bien que al alcalde. Aunque el optimismo y el orgullo de vivir en la ciudad son altos, en 2018 mostraron las calificaciones más bajas de los últimos trece años, con una incidencia mayor entre las mujeres y los sectores populares y medios. ¿Cuáles serían los grandes motivos de esta incomodidad creciente? Los resultados son claros: empleo, seguridad, movilidad y ambiente. No creo que esto sea sorpresa para nadie.

La percepción de pobreza está en niveles similares a los de hace seis años. Ha sido más difícil encontrar trabajo en los últimos dos años y las condiciones para el emprendimiento no han mejorado, sobre todo el formal. La gente ha sentido el golpe del desempleo en las familias. La satisfacción con el espacio público bajó y los ciudadanos están hasta la coronilla con el deterioro ambiental: más de la mitad están inconformes con la calidad del aire (67), el ruido (54), la contaminación visual (51) y los escombros (50).

En cuanto a seguridad, todos los indicadores cayeron. La percepción de seguridad en el barrio es la más baja desde el 2011 y las mayores caídas fueron en la banda oriental, aunque las puntuaciones más bajas están en las zonas centro occidental y centro oriental. La percepción de seguridad en la ciudad es la peor desde el 2008 (41%). La victimización subió en los últimos tres años (15%), siendo más alta en las zonas centro occidental, centro oriental y sur oriental. En el agregado, según el Global Law and Order Index, Medellín es menos segura que Colombia.

Las personas gastan más tiempo en el trasporte y hay una alta insatisfacción con la autoridad de tránsito (normas, agentes y atención a accidentes). La cosa empeora cuando nos dicen que el medio más satisfactorio es la moto (88) y que, si pudiera, la gente compraría más automóviles y motos. Cosas del particularismo.

Dos temas preocupantes: bajó la satisfacción con la educación en niños y jóvenes, sobre todo en establecimientos públicos, y aumentaron las agresiones intrafamiliares contra la mujer. Y cosas buenas: las vías de los barrios mejoraron, ha disminuido un poco la percepción de desigualdad, aumentó la participación en actividades culturales y parece que mejora el comportamiento ciudadano.

El Colombiano, 2 de diciembre

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