Una observación de Fernando González sobre la impaciencia ya que el tema luce abstruso. Puede ser una aclaración del apotegma de Kafka.
El hombre de acción, a pesar de que se contiene por sistema, es un ansioso; a pesar de que va paso a paso, por sistema es un desesperado; a pesar de que sostiene el valor de la intranquilidad, es un intranquilo.
La paciencia, la contención, todas las antiguas virtudes de nuestros gordos antepasados, se predican a la juventud, pero ya no como virtudes, sino como métodos. La moral es pragmatista. Se aceptan las virtudes de los viejos tratadistas, pero porque son útiles.
Fernando González (2010), Viaje a pie. Medellín: Editorial EAFIT, p. 67.
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