En tiempos inciertos la más necesaria de las disposiciones prácticas es la prudencia. Sobra decir que la incertidumbre colombiana no empezó el 19 de junio y no hubiera sido menor si el resultado hubiera sido distinto. No puedo entrar aquí en honduras filosóficas sobre lo que es la prudencia. Me limito a enunciar una acepción aplicada a nuestra circunstancia: actuar mediante los medios éticos más eficaces para cumplir con los preceptos de la constitución, sopesando las consecuencias de cada decisión. Alguien preguntará que por qué la constitución; respuesta, porque es nuestro acuerdo más firme sobre los fines del estado y su forma de organización. En ella están las respuestas a angustias y demandas: no reelección, libertades (incluye la económica), inclusión social y territorial, y derechos fundamentales para todos.
En el corto plazo, la prudencia implica garantizar la gobernabilidad en términos que deshagan el contubernio entre el presidente y el congreso; veremos si los nuevos congresistas son capaces de decencia. La tensión del nuevo gobierno consiste en lograr el apoyo legislativo y, al mismo tiempo, satisfacer al 75% del electorado que votó contra las corruptelas. La otra cara de la moneda será la oposición: lo deseable es que se conforme una oposición clara, disciplinada y, sobre todo, constructiva. En este aspecto Álvaro Uribe puede jugar un papel decisivo. Uribe les dio espacio en su partido y en su gobierno a notables exdirigentes del M-19, además tiene una personalidad parecida a la de Petro, así que puede ayudar a calmar a los saboteadores.
Eso es lo urgente, lo importante es construir la confianza institucional derruida desde 2015. Colombia ocupa el tercer puesto en cuanto a desconfianza en el gobierno (Edelman Trust Barometer 2022). Eso no puede seguir así. Pero no todo dependerá de los políticos. Los medios de comunicación tienen un enorme desafío por delante; ellos ocupan el sexto peor lugar (entre 28 países) en la medición de Edelman. Es una interpelación directa a la televisión, dada su popularidad según el Digital News Report 2021, es imperativo contrarrestar la desinformación y la pugnacidad de las redes sociales con un periodismo más imparcial y objetivo en medios como la prensa escrita y la radio.
En la llamada sociedad civil hay dos sectores que deben tener más presencia. Según Edelman, las empresas y los organismos no gubernamentales son los sectores que gozan de mayor confianza en el país y, por lo tanto, los que pueden jugar un rol notable. Este informe indica que “las empresas tiene que liderar la ruptura del ciclo de desconfianza”. Tal vez sea pedirles mucho, pero en su discurso del 19 de junio Petro les lanzó piropos a los capitalistas de la industria, la agricultura y la agroindustria, y la Andi y Asofondos expresaron su voluntad de conversar. Habrá que ver cómo se materializa eso. Por su parte, las ONG deben ayudar a tender puentes, como lo hicieron en su mayoría durante el proceso constituyente.
El Colombiano, 26 de junio
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