Vivre debout
Jacques Brel
Hete aquí que nos ocultamos
cuando se alza el viento
por miedo de que nos arrastre
hacia combates demasiado duros.
Hete que nos ocultamos
en cada amor naciente
que tras el otro nos dice
"yo soy la certidumbre".
Hete que nos ocultamos
por un instante en nuestra sombra
para ahuyentar mejor la inquietud.
Es la sombra de un niño,
la sombra de los hábitos
que en nosotros plantaron
cuando teníamos veinte años.
¿Será imposible vivir de pie?
Hete que nos arrodillamos
al estar medio caídos
bajo el increíble peso
de nuestras cruces ilusorias.
Hete que nos arrodillamos
y ya recaídos
por haber sido grande
el espacio de un espejo.
Hete que nos arrodillamos
cuando nuestra esperanza
se reduce a rezar,
cuando ya es demasiado tarde
cuando ya no podemos ir
a todas esas citas
a las que no acudimos.
¿Será imposible vivir de pie?
Hete que nos acostamos
al menor devaneo
al menor galanteo
que se dice siempre.
Hete que nos acostamos
para perder mejor la cabeza
para matar mejor el aburrimiento
con reflejos de amor.
Hete que nos acostamos
con ganas de que se detenga,
de prolongar el día,
para hacer mejor nuestra corte
a la muerte que se apresta
para ser hasta el final
nuestra propia derrota.
¿Será imposible vivir de pie?
Trad. Pilar Calvo
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