La Intelligence Unit de The Economist —la longeva revista inglesa— publicó el informe titulado “Priorities of Progress” que recoge y analiza la información de 50 países de todo el mundo sobre la percepción ciudadana en asuntos de progreso social. Sin dudas, por población y economía, son los 50 países más importantes del mundo y entre ellos está Colombia. El informe se apoya en encuestas y consultas a expertos.
El estudio da cuenta de la inconformidad mundial con el estado de cosas actual. Solo el 29% de los encuestados está contento con el funcionamiento de su sociedad y la gente tiene enormes dudas sobre la mejoría de la situación (34% cree que sucederá y otro 34% no la ve a la vista). El mayor pesimismo está en los países europeos y americanos; Colombia aparece con una mayoría pesimista del 55%. En tanto, los países más optimistas son los asiáticos, entre quienes se destacan los chinos. Los más jóvenes —los llamados milénicos— son los más optimistas (68%), seguidos por la generación precedente, la X, con un 55%. Tiene todo el sentido que los líderes actuales pertenezcan a estas generaciones: el liderazgo necesita un buen espíritu para encarar los problemas.
Gran parte de los agravios de la gente (34%) apuntan a la escasez de oportunidades económicas. Solo los nigerianos, peruanos, italianos y rusos están más descontentos que los colombianos (66%). Y esta es una noticia muy mala para el país teniendo en cuenta el mediocre desempeño de nuestra economía que detiene el bienestar social. Además, en América es más notoria la insatisfacción con los servicios de salud.
Mientras a nivel mundial se piden más inversiones en salud y protección social, en América el énfasis está en educación y seguridad. Colombia es una excepción, acá se consideran como prioridades nacionales la educación y la protección del ambiente (para la vida personal sí se da prelación a seguridad y educación). El país donde la gente le otorga más prioridad al medio ambiente es Colombia (64%), seguido por Vietnam.
Cuando se comparan las prioridades ciudadanas y el gasto efectivo del Estado, se encuentra con que Colombia es el cuarto país peor situado. Esto quiere decir que el gobierno es poco sensible a las demandas ciudadanas. Este es el indicador más preocupante porque demuestra una disociación entre la gestión del Estado y las preocupaciones de la gente, situación que afecta la legitimidad del régimen político, perturban el orden social y alientan a extremistas.
La gran oportunidad para el país está en alinear la fuerte conciencia ciudadana en cuanto a la importancia de la educación y el cuidado del ambiente con las políticas públicas de mediano y largo plazo. Queda claro que los temas ambientales no deben soslayarse ni subordinarse ante dilemas como los que generan la minería, el trasporte urbano y la construcción.
El Colombiano, 24 de marzo
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