Hay muchos escollos en la ruta que podría conducir a un acuerdo entre el gobierno nacional y las Farc. Dificultades específicas de la mesa de negociaciones, problemas internos de las partes (tanto dentro de las Farc como en el Estado), condiciones externas (como los parámetros internacionales). En una sociedad democrática, y bajo la premisa ya establecida de que los acuerdos deben ser refrendados por la población, el estado de la opinión pública es un factor muy importante.
Entre octubre y noviembre se presentaron al país los resultados de dos encuestas diferentes. Una, Gallup Poll de Gallup Colombia y la otra Panel de Opinión de Cifras & Conceptos. Las encuestas tienen distintas prioridades y puntos de atención, pero coinciden parcialmente en un capítulo sobre paz. La diferencia más notoria es respecto al público que se consulta: Gallup trata de medir la opinión del colombiano medio, mientras Cifras & Conceptos estudia la percepción de los así llamados líderes de opinión.
Según los resultados, el ciudadano medio no está de acuerdo con sacrificar las exigencias de justicia con tal de tratar de negociar la paz (52%), lo cual refrenda una opinión estable en los últimos cuatro años, que solo tuvo una excepción entre febrero y junio de 2011. En concordancia con este enunciado, el 80% está en contra de que las Farc puedan participar en política sin pagar cárcel en algún momento.
Para los líderes de opinión la cosa es muy distinta: el 63% estaría de acuerdo en que los miembros del secretariado de las Farc puedan participar en política, el 23% aceptaría condenas a los combatientes de las Farc sin que eso implique ir a la cárcel. Más aún, el 20% apoyaría que se les diera curules en el congreso sin que vayan a elecciones y un 39% es más atrevido: admitiría que los desmovilizados ingresen a la fuerza pública.
Gallup Poll es mucho más completa en este tema en particular y muestra más cosas. Dos de cada tres colombianos apoya los diálogos; una proporción que ha aumentado levemente en los últimos meses. Uno es optimista en cuanto al éxito de la negociación y otro, por supuesto, es pesimista al respecto. El ciudadano de a pie no cree que las Farc vayan a reparar a las víctimas (77%) ni que colaboren en la lucha contra el narcotráfico (78%). Aumenta la convicción de que las fuerzas armadas pueden derrotar a la guerrilla (73%).
Los datos muestran un foso entre la dirigencia y la población que puede ser interpretado de muchas maneras. El reto político tiene que ser cerrar esa brecha. Se equivocan quienes piensan que se puede firmar contra la posición de la ciudadanía y esperar buenos resultados. Y para ganar esa voluntad, que todavía no es clara, se necesitan hechos desde La Habana y liderazgo en Bogotá.
El Colombiano, 16 de noviembre
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