La paz al igual que la guerra la hacen los políticos y los guerreros (que son políticos armados). Esto lo sabe casi todo el mundo con unas pocas excepciones, entre las que descuella el Comité Nóbel de Oslo. El Premio de la Paz se caracteriza por ignorar sistemáticamente la paz para poder ocultar la guerra.
Es que el premio que otorga anualmente se mueve en unas esferas de lo más azarosas: unas veces parece un reconocimiento a la caridad (Madre Teresa), los negocios sociales (Yunus) o el ambientalismo (Gore); otras un premio al activismo y al voluntariado que cae en personas casi anónimas de las que después nunca se sabe nada. Muchas otras veces se usa como arma política para molestar al enemigo de Occidente como la Unión Soviética (Sajarov), la Cortina de Hierro (Walesa), China (Dalai Lama).
Ahora el Comité se tapa los ojos y los oídos pero no la boca para darle el Nóbel al bueno de Obama, mientras caen todas las bombas en Afganistán. ¿Por qué? Para tratar de incidir en el futuro, para tratar de que Obama sea Carter. También intentaron que Arafat fuera Gandhi. ¿Será un buen cálculo?
2 comentarios:
Me preocupa más las comparaciones con Teddy Roosvelt y Kissinger, ambos recibiendo el galardón, al igual que Obama, recién ejerciendo sus cargos públicos y con una aparente ignorancia sobre asuntos internacionales, o peor aún, pervirtiento el concepto mismo de paz que debiese encarnar el premio.
Aún así el Comité es consecuente con la también sorpresiva entrega del premio hace un año al arquitecto del falso pacifismo cosmopolita europeo: Obama es al pacifismo imperial lo que Ahtisaari a la Mission Civilisatrice del cosmopolitismo occidental.
Un Presidente de EEUU dificilmente puede ganarse cualquier premio para la paz.Es terrible el papel mundial que le corresponde hacer. Unas veces en defensa de sus intereses económicos.Otra por sus intereses estratégicos. El imperio puede tener coincidencias positivas en la paz, como en el actual debate palestino-israelí, al apoyar la creación de un estado palestino. Pero está condenado a guerras incontrolables donde pierde si se queda y pierde si se va. El rol de USA siempre será controversial por la naturaleza de gran potencia y por la otra naturaleza de los estados, pueblos o etnias que aún no llegan a mayoría de edad, no precisamente por culpa de algún imperio, sino por las contradicciones internas y el atraso político. Un mundo asimétrico donde las democracias más potentes están sometidas al uso de la fuerza, aún contra su voluntad.
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