miércoles, 11 de marzo de 2009

Tinieblas

Hablaba yo hace poco acerca del fin de la época de ilusiones que se abrió hace 20 años con la caída del Muro de Berlín (El Colombiano, 20.10.08). Lo hacía usando, como otros, la imagen de Alexis de Tocqueville del hombre que marcha en las tinieblas. El pensador francés hablaba de la incertidumbre a la que se enfrentaba Europa después de la oleada revolucionaria.

En términos estrictos la época de las ilusiones (1989-2008) fue revolucionaria, esto es de cambios drásticos, y guiada por los valores estadounidenses: libre mercado; libertades y derechos, a las buenas o a las malas; y cosmopolitismo, cooperativo o imperial. Esas tres ideas están cuestionadas en medio de una gran crisis económica, oleada de cambios políticos y poderes emergentes.

Hablar de incertidumbre, riesgo y tinieblas supone disipar una idea moderna e ilustrada. La ilustración se presentó como el fin del oscurantismo, la derrota del miedo y la instauración de horizonte de certeza y seguridad. Como en tantos otros propósitos, en este también fracasó.

El miedo existe, es consustancial a la condición humana y no es vencible mediante la educación, la ciencia o los dispositivos políticos. El miedo no es una creación de los poderes religiosos o políticos, más bien estos poderes pueden y tienen que existir porque el miedo existe. Que el miedo sea manipulable está claro, pero en tiempos inseguros suele ser más mal consejo ocultar el riesgo que ponerlo de presente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sobre el miedo siempre me ha sonado apropiada la frase del gran Shakespeare "No merece degustar la miel quien se aparta de la colmena porque las abejas tienen aguijón"