miércoles, 9 de septiembre de 2020

Avianca

El Colombiano, 1 de septiembre, “Préstamo a Avianca, vuelo que aún no aterriza”. 

Desde que empezaron las terribles medidas de choque para enfrentar el virus, muchos analistas económicos en Europa y Estados Unidos lo intuyeron. Tiana Lowe, periodista conservadora del muy conservador periódico Washington Examiner, dijo el 17 de marzo que no había “ningún argumento práctico para rescatar a la industria de las aerolíneas” (“Don't bailout the Airlines”). "Tampoco hay un argumento conservador", añadió la señora. En esa tesitura podríamos decir que, menos aun, hay un argumento liberal para hacerlo. Los argumentos pueden ser corporativistas... la otra alternativa es corrupción, que no es un argumento sino una explicación. 

Eran advertencias sobre una medida que ya había sido tomada en el pasado con amargas lecciones para los contribuyentes. Las empresas que fueron salvadas por el Estado en la crisis de 2008 se gastaron la plata en expansión, salarios de ejecutivos y -hubo casos- en comprar sus propias acciones para mantener los precios de bolsa.

El gobierno de un presidente que cree que un empleado de cafetería gana dos millones, una vicepresidente que cree que los pobres viven en casitas de 200 metros y una ministra de educación que cree que todos los hogares tienen internet y computadores por persona, ese gobierno mezquino con las ayudas a pequeños y medianos empresarios, trabajadores independientes y nuevos desempleados, ese mismo gobierno le está girando un cheque de 370 millones de dólares a una empresa foránea, propiedad de unos individuos cuestionados por la justicia.

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