martes, 14 de enero de 2020

Un gran engaño

A cuentagotas. Contra la protesta ruidosa de los ambientalistas, contra las quejas silenciosas de los comerciantes, contra la resignación estúpida de los envigadeños (que hemos aguantado todo en las últimas cuatro décadas y nos creemos tanto), contra las demandas de los ciudadanos y los incumplimientos de los contratistas, contra todo esto y más, siguen las obras de Metroplús en Envigado.

El alcalde de Envigado se posesionó el 31 de diciembre para salir a talar, a hurtadillas, con la picardía tradicional de los administradores que tomaban decisiones en navidad o año nuevo, preferiblemente a la hora en que la gente estuviera embotada de aguardiente y pólvora, para salir a talar, venía diciendo, los árboles del llamado túnel verde a la entrada a Envigado, que data de los tiempos en que se construyó la Avenida El Poblado.

Desde que se anunció la obra, en la década pasada, muchos criticamos el trazado: una estrecha u que va paralela a las vías del metro, con unos márgenes no superiores a trescientos metros de las estaciones y que une a Itagüí y Envigado, municipios que ya están unidos por vía directa en dos puntos (habrá pronto una tercera). Un embeleco total, cuya sustentación técnica nunca fue dada a conocer. Y eso que estamos hablando de una empresa pública, cuya propiedad mayoritaria está en manos de la Alcaldía de Medellín (55%) y el Metro (25%).

Las críticas parecían puro gadejo (ganas de joder). Había —como nos consolamos los paisas— que darle un margen de espera y un voto de confianza a entidades tan admirables como las propietarias. Pues bien. Ya les dimos nueve años y vamos para el décimo. ¿Y qué hay? Un tramo entregado (el 1) y otro sin terminar (el 2a). En nueve años se hizo el tranvía de Ayacucho, tres líneas de metrocable y el túnel a Oriente. En los mismos nueve años, Metroplus no ha hecho tres kilómetros de vía en Envigado (el 24 de diciembre había retroexcavadoras en la 43A con 38); vía pura, sin contar semaforización, señalización, ni el supuesto paisajismo. (Si mis cálculos no fallan y la información disponible es correcta, cada kilómetro terminará costando poco menos que el kilómetro en las obras del túnel de oriente, con túneles y todo, por supuesto.)

A partir del primer tramo se confrontan las mentiras de los administradores de la empresa y los alcaldes de Envigado. Se acabaron las especulaciones: vías de cemento, con separadores estrechos y andenes angostos, con pequeños espacios para sembrar arbustos, apenas maticas, que no aportan mayor cosa ni al paisaje ni al refresco de las zonas ni a la captura de dióxido de carbono.

Cambio climático, participación ciudadana, lucha contra la corrupción. Es como si nada de eso fuera parte de la agenda local. La mala gestión local aporta mucho a la indignación nacional.

El Colombiano, 12 de enero

No hay comentarios.: