El único mensaje claro del socialismo español en los últimos años lo produjo esta semana. Como respuesta a la masiva protesta civil expresando “indignación” y reclamando la renovación del sistema político, el alcalde socialista de Barcelona levantó a palos a los manifestantes de Plaza Catalunya, mientras en Madrid el presidente del gobierno español se encerró con sus “barones” a escoger candidato sucesor.
Cuando el PSOE eligió como líder a José Luis Rodríguez Zapatero uno suponía dotes partidarias y sensibilidad ideológica. Simplemente por descarte. Era evidente la carencia de habilidades de estadista en Zapatero. Lucía como un hombre inepto para gobernar un país normal y encima se le vino encima la peor crisis económica y social en medio siglo, la que primero negó y después no supo manejar, hasta recibir la famosa llamada de Obama que hizo sentir a sus compatriotas como unos súbditos más del imperio.
Las democracias europeas sufren de esclerosis, los gobiernos son intocables para la gente, los partidos se han cerrado como “nomenklatura” y los ciudadanos carecen de medios para seleccionar a sus líderes. Los sistemas políticos se han convertido en jaulas cerradas y los dirigentes de los partidos tradicionales han perdido las llaves. Es probable que el apagado faro europeo termine siguiendo la estela de la política latinoamericana, su mejor escenario. La otra opción es la magrebí.
1 comentario:
En Barcelona fue el 'conseller' Felip Puig (del gobierno autonómico, y miembro de CiU, partido de centro-derecha) quien levantó a palos a los indignados de la Plaza de Catalunya. Por tanto, nada que ver con el alcalde socialista, quien criticó la acción de Puig en todo caso.
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