Mi precario conocimiento de la obra de G. A. Cohen se debe a Philippe Van Parijs y mi retrasada información de la muerte del filósofo canadiense también. No sobra advertir que la precariedad y el retraso son mi responsabilidad, mientras las noticias se deben a la acuciosidad de Van Parijs. El “In memoriam” de Van Parijs puede leerse en: http://www.uclouvain.be/cps/ucl/doc/etes/documents/2010.Cohen.All_Souls_final.pdf
Si me pareció que la famosa “La teoría de la historia de Karl Marx” (1986) no le hacía ningún homenaje al magisterio de Isaiah Berlin –de quien Cohen fue discípulo en Oxford–, su “Si eres igualitarista, ¿cómo es que eres tan rico?” (2001) me afectó profundamente. El título de esta obra se comprende inmediatamente por el del capítulo final: “Filosofía política y comportamiento personal”.
Cohen rescata la indicación cristiana de que debe existir congruencia entre las convicciones éticas y la conducta individual, y exige que la defensa de una determinada pauta normativa –en este caso el igualitarismo– sea acompañada de actos personales que la satisfagan o sean compatibles con ella. ¡Cómo nos hace de falta un poco de esto en nuestras sociedades!
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