Desde que el entonces anónimo Partido Verde se creció desde marzo y no dejó de parar, se popularizó en los medios de comunicación la imagen del tsunami o la ola verde. La imagen es afortunada no tanto por la velocidad insospechada del fenómeno sino porque ese movimiento nació desde abajo, desde aquello Antonio Negri llama “multitud”.
Es innegable el efecto desmoralizador que se produjo en las elecciones del 30 de mayo, sobre todo porque la diferencia la hicieron la temida pasividad de la mitad del electorado y la terrible eficacia de los operadores políticos. De cara a la segunda vuelta presidencial lo que está por verse –más que algún cambio milagroso en la personalidad y expresión Mockus– es la capacidad de reacción de este sujeto colectivo que emergió en marzo.
Es la hora de reaccionar. De reavivar el entusiasmo, no desde la cresta veloz de la ola sino desde la profundidad de las convicciones y de la claridad respecto al proyecto que se ha venido perfilando alrededor del girasol y las alianzas generadas en las tres principales ciudades del país. El 20 de junio hay que asumirlo como un referendo alrededor de este proyecto.
2 comentarios:
sobre la “multitud” en Negri, muy recomendado el artículo de Oscar Mejía Quintana en el No. en prensa de la muy recomendada revista Co-herencia!!!
y como dice Valddo, que Mockus deje de hacer pedagogía, y empiece a hacer campaña
De acuerdo con avanzar en lo que mueve los sentidos profundos y le da sentido a la ola en el largo plazo. Superar los días de agudizar los errores del candidato para darle mas palo. Avanzar en agudizar la mirada en el poder transformador de unas maneras nuevas de hacer... no sólo de decir. Me pregunto ¿Gobiernan los discursos o las acciones?
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