La gente está interesada y el rating es alto, pero los debates han sido aburridos. Periodistas chiveros se lanzan a plantear “hipótesis” irresponsables o a tratar de armar camorra entre los candidatos. Después las preguntas rituales, sobre temas más rituales, como salud, empleo y educación sólo son menos jartas que las respuestas porque son más cortas.
¿Qué está pasando? Que los temas fundamentales se quedan por fuera. Y se quedan por fuera por obvios. Crecimiento económico, generación de empleo, cobertura y calidad en los bienes básicos, todos recitan la misma letanía con distinto designador (prosperidad o desarrollo o progreso; justicia social o equidad o lucha contra la pobreza), pero nadie dice cómo lo hará.
La punta de lanza de la marea verde es más obvia todavía: lucha contra la corrupción, cultura de la legalidad, respeto a la vida. Y alrededor de ella hay un vacío. Primero, porque los demás candidatos le hacen el quite por el inmenso rabo de paja que tienen en esos frentes. Segundo, porque Antanas y Fajardo sólo pueden enunciarlos. Su fuerza radica en su ejemplo, su trayectoria, su probidad y eso no se dice con palabras.
1 comentario:
La limitación de las palabras. La graciosa libertad coartada por la imposibilidad de manifestarse en palabras. Jaja Incluso puede llegar a ser algo bello ¿no?
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