El Tiempo y El Espectador publican una interpretación periodística de un reciente estudio de Anif (el gremio de las instituciones financieras) sobre las probabilidades electorales. El Espectador titula: “Uribe arrasaría frente a otras opciones”. El Tiempo titula: “Uribe III, sólo con un 30% de probabilidades”. ¿Puede haber mayor contraste y divergencia en la interpretación y elaboración de la noticia?
Lo que dice el estudio es lo mismo que contra viento y marea he venido sosteniendo hace dos años, que las probabilidades de la reelección son mínimas (sólo que Anif lo dice después de que se conoce la ponencia negativa en la Corte Constitucional). ¿De dónde saca El Espectador que Uribe arrasaría? De negar el estudio, de tomar como más probable el escenario menos probable.
A su vez, El Tiempo dice que para la mayor probabilidad (no habrá reelección) el segundo lugar sería para el PDA, pero no cuenta que Anif incluye un escenario de alianza electoral entre el PDA y el liberalismo. Muy cerca dice El Tiempo que está Fajardo, pero El Espectador –dónde no se puede pronunciar este apellido– dice en su lugar que son los “independientes”.
El muy orgulloso periodismo colombiano, representado por los dos diarios más antiguos y aristocráticos del país, pela el cobre cuando hay elecciones y se convierte en agencia de prensa de las campañas. El Tiempo del uribismo transfigurado en Santos, el hijo de la casa; El Espectador del antiuribismo samperista financiado por Santodomingo.
3 comentarios:
Ni hablar de la objetividad del El Colombiano en cabeza su directora, que bajo el marco de la Ley y la Ética recibe creditos blandos del gobierno y despues sale a defender desde sus paginas el manejo desafortunado de las politicas agrarias.
En épocas electorales los llamados "grandes" medios colombianos siempre se cierran, tanto en lo editorial como en lo informativo.
El margen de maniobra se estrecha muchísimo para los periodistas y les imponen la línea de los dueños del medio.
Quienes hemos estado en salas de redacción de ese tipo de medios lo sabemos, así los directores y editores digan lo contrario. Porque siempre salen a defender que son plurales, independientes, equitativos con el espacio para todas las corrientes, etc.
Pura carreta que solo ellos se la creen.
Los sistemas mediáticos colombianos se han constituido como deidades de la última palabra. Es un hecho que este elemento también aplica para la política.
Lo que digan (o no) las encuestas es lo de menos. La indiferencia respecto de los resultados empíricos obedece a un interés que, como se dijo, es mediático.
De igual manera, el tomar en cuenta los resultados no está al margen del logro de un efecto específico.
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