Creo que la pandemia del Covid-19 desinfló los discursos esotéricos y terapéuticos sobre el amor: poco ha podido el amor frente al miedo, por el contrario, se utiliza como excusa para tomar decisiones horribles como quitarle la escuela a los niños y jóvenes o encerrar a los más viejos. Tenía razón Borges cuando decía que “no nos une el amor” o Rainer Fassbinder cuando acuñó aquello de que “el amor es más frío que la muerte”. En las grandes calamidades valen más la serenidad o el consuelo simple que ofrecen la poesía, la música, la filosofía, que son, además, los mejores antídotos contra mentiras piadosas como la vacuna o el desiderativo “cuando se acabe el virus”.
Consuelo poético. Un agente literario implacable despojó al público hispanohablante de la posibilidad de leer con dedicación —y ahora— a la premio Nobel del 2020 Louise Glück. No le presté la debida atención por dedicarme a su paisana Sharon Olds, a la canadiense Anne Carson, a la británica Alice Oswald y a la rusa Marina Tsvetáieva (gracias a Sílaba). Se pescan al azar algunos poemas en revistas, reseñas, blogs. “El vestido”, por ejemplo: “Se me secó el alma… / Sedienta, siguió adelante. Crispada, / no por la soledad sino por la desconfianza, / el resultado de la violencia… / ¿Cómo vas a volver a confiar en el amor de otro ser? / Mi alma se marchitó y se encogió. / El cuerpo se convirtió en un vestido / demasiado grande para ella. / Y cuando recuperé la esperanza, / era una esperanza completamente distinta.”
Consuelo musical. Las contingencias de comienzos del 2020 obligaron a la banda británica Tindersticks a interrumpir su gira de conciertos, cuando estaba presentándose en Francia. Tindersticks es una banda cuya calidad es inversamente proporcional a su popularidad. Los productores de “Sopranos” tuvieron suficiente oído como para incluir dos canciones suyas en la primera temporada, pero el público televisivo es lo bastante sordo como para escuchar; el ojo siempre está más adiestrado que el oído. La gira divulgaba un álbum recientemente publicado (noviembre de 2019). El último corte del disco, “No Treasure but Hope” dice: “Demasiados hambrientos como para pensar en la providencia / Demasiados enojados por las consecuencias… / No hay amor en nuestras calles, / Hay miedo en nuestros corazones / Pero también esperanza”. El año pasado también nos deja la belleza de la grabación del “Budapest Concert” de Keith Jarret. En Colombia, Majagua Ensamble con su trabajo “EnAguas”, música del Pacífico dedicada a las cantoras de Pogue, en Bojayá.
Consuelo filosófico. Haber descubierto a san Bernardo de Claraval y su ética del gobierno, hallar el ensayo de Anne Carson “Economía de lo que no se pierde” (economía, poesía, filosofía) y la fuerza arrasadora de Nassim Nicholas Taleb y su filosofía del coraje y la prudencia.
El Colombiano, 17 de enero
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