Es muy pretencioso escoger diez canciones del cantante y compositor más prolífico y exitoso de América Latina (si contamos solo desde la llegada de Cristóbal Colón). Además, con Juan Gabriel las selecciones siempre se hacen con electrocardiograma en mano y las listas pueden cambiar de una semana a la otra o de un estado de ánimo al otro. De todos modos, ahí van.
1. Se me olvidó otra vez. Ya es clásico de la ranchera. Lo supo precozmente Chavela Vargas. Y cuarenta años después, sigue sonando magnífica.
2. Abrázame muy fuerte. Es probable que tenga los versos peor armados de un tipo que, de verdad, sabía escribir. Otra cosa es cuando suena.
3. Si quieres. Es de esas canciones perdidas entre los regalos, las cosas que no grabó en estudio. Pueden ignorar la versión del disco con Eduardo Magallanes.
4. Mi fracaso. Mi convicción de que no me gustaba Juan Gabriel, fracasó cuando la escuché a fines de los setenta. Lo que siguió fue rendición.
5. El palo. Puro folklor en un álbum íntegro, redondo, que hay que escuchar como una ópera del romanticismo (en sentido filosófico) latinoamericano.
6. Con todo y mi tristeza. La monopolizaron en radio y conciertos Raphael y José Vélez. Parece hecha para el primero. Tan pulida y bonita que no se quedó con la ganas de grabarla.
7. Canta, canta. Parte de uno de los eslabones perdidos de la discografía, debido a las peleas con las disqueras, esta canción refleja su desenfado para expresar alegría.
8. Ya lo sé que tú te vas. El inventor de la balada ranchera hizo muchas memorables. Por ahora, esta otra, de uno de sus álbumes más recordados.
9. Así fue. Refundida en su catálogo, impuesta por Isabel Pantoja, mostró que la balada pervivía, los que no le pegan son los compositores.
10. Lo pasado, pasado. Se creía que José José podía ser el rival de Juan Gabriel, al menos en la balada. No hubo problema para entregarle una gran canción, ayudarle al éxito y seguir siendo el rey.
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