Arcadia ha vuelto a publicar (No. 47), inusual e inteligentemente, una reciente columna de Alejandro Gaviria sobre la opinión escrita en los medios colombianos. Gaviria retoma un viejo trabajo de un intelectual inglés que establece una reflexión a partir de la antinomia entre “científicos” y “literatos”. Muy importante el debate al que convidó a seis columnistas de la prensa escrita del país. Después de haber leído a Gaviria uno se inclinaba por la expectativa de una respuesta sesuda, que pudiera enriquecer el tema, profundizarlo y encontrarle variaciones. Pero no.
Me sorprendió muchísimo que apenas la mitad de los interlocutores se dejaran retar por una insinuación provocadora que puede ser muy productiva para la discusión sobre el papel de los intelectuales públicos en Colombia. A Hommes y Abad, especialmente, se les nota que pensaron antes de sentarse a escribir, que revisaron algún apunte viejo o retomaron alguna consideración que tenían en remojo.
Lo de Yolanda Reyes es un desliz. Uno no puede cabalgar acusando de maniqueísmo un texto que en su primer párrafo anuncia que lo va a hacer es “caricaturizar una caricatura”. Así que opinar sin leer o escuchar bien aquello acerca de lo que se va a tratar es, al menos, una indelicadeza. A Alfredo Molano, cuando declara que “mi distanciamiento de la academia es cada vez mayor”, se le salió lo medieval. Y el señor Valencia, que cree que la mejora en los indicadores de desarrollo humano es incompatible con los pobres de San Juan de Arama, completa un panorama en el que la caricatura sugerida se vuelve realidad.
Debe sonreír Gaviria. Las caricaturas saltaron al papel para darle la razón.
1 comentario:
Y eso que Yolanda Reyes, tiene un "editor" en lugar de un "publicador". El Malpansente, Nº 99.
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