Ya se sabe de la meticulosidad que exige organizar una gira de U2… y ella pone de presente la filosofía de la banda. La gira 2009 por Estados Unidos tuvo un detalle significativo, similar a la visita a Graceland en 1987 pero más festivo. Al fin y al cabo no es lo mismo rendir tributo al ídolo muerto que ensalzar al héroe vivo.
En la gira había una fecha y un lugar inamovibles: 23 de septiembre, New Jersey. La razón la sabían pocos. Bono haría subir al escenario a Bruce Springsteen el día de su 60º. cumpleaños. Lo demás puede ser contingente… que Springsteen cante “She’s the one” y que Bono coree “él es el único” o “él es el uno”.
De U2 sabemos sus deudas con The Clash, “la mejor banda de la historia” según sus palabras. Su devoción hacia Elvis, quien debía arrobar a cualquier niño en la década de 1960. En los últimos años, Bono ya había dado pistas de haber descubierto la magnitud del Boss. Un evangelio poco novedoso el mundo norteamericano y europeo, pero una verdad por descubrir en el trópico.
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