Las más recientes novedades para los amantes de la música de Tom Waits son:
Disco: Glitter and Doom Live, doble. El primero canciones en concierto, el segundo de perorata (Tom Tales).
Libro: Barney Hoskyns, Lowside of the Road: A Life of Tom Waits.
Web: el nuevo sitio oficial, de los más completos que conozco, de los pocos que incluye todas las letras. En www.tomwaits.com
jueves, 28 de enero de 2010
martes, 26 de enero de 2010
El Alcalde asediado
Varios columnistas de este diario han dicho en los meses pasados que la ciudad está “asediada”. La Real Academia ofrece dos acepciones, de las cuales la primera dice que asediar es “cercar un punto fortificado, para impedir que salgan quienes están en él o que reciban socorro de fuera”. Si hablamos español recto, estos opinadores dicen mentiras. No es cierto que la ciudad esté rodeada militarmente, ni cierto que la gente no pueda entrar o salir de ella. Y también se trata de una falsedad incluso hablando de barrios o comunas específicas.
Siendo indulgentes digamos que, como es del gusto colombiano, estos colegas estaban exagerando por alguna razón. Exageraciones amparadas en un crecimiento real y preocupante del número de homicidios en la ciudad. En este caso, diré que estos columnistas pecan de “presentismo” o se les olvida el pasado o vivían en Dinamarca y apenas regresan el país. Porque, si se exceptúan los cinco años entre 2004 y 2008, el número de homicidios del año pasado en Medellín es más bajo que el de cualquier otro año desde 1989.
¿Entonces qué pasa? Mi respuesta es que en Medellín pasan dos cosas. La primera es que la criminalidad organizada está reaccionando ante la ofensiva del Estado, la recuperación de la institucionalidad en la ciudad y la pérdida del control ilegal por parte de “Don Berna” y su organización. Esto genera un nivel de violencia que encontró el año pasado algunas condiciones propicias para escalarse.
Es un fenómeno crítico que, sin embargo, no es extraño. Como decía hace poco Mario Vargas Llosa (El País, 10.01.10) hablando del problema del narcotráfico en Occidente, los mafiosos “están aquí para quedarse”. Se trata de una violencia endémica en la que “no importa cuántos capos y forajidos caigan muertos o presos ni cuántos alijos de cocaína se capturen” porque a “los narcos caídos los reemplazarán otros, más jóvenes, más poderosos, mejor armados”. Pasa en México, en Rio, en Calabria. Y la sociedad debe unirse para enfrentar este fenómeno sin la desesperación de los que creen que Medellín puede ser El Vaticano.
Pero lo más grave que pasa en Medellín es precisamente que la solidaridad institucional y política se ha roto. Voy a citar una nota que circula en la red firmada por el periodista de Radio Súper Jorge Luis Cano en la que, después de varios párrafos de insultos contra el Alcalde, dice “que se caiga lo que esté cojo pero que se acabe el bazar de las mentiras y de las cosas inútiles”. Esta es la filosofía de los enemigos del Alcalde: crear el caos en la ciudad, destruir lo ganado en imagen positiva nacional e internacional. En suma, los enemigos del Alcalde se han convertido ya, hoy, en enemigos de la ciudad.
La segunda acepción de asedio que trae el diccionario es “importunar a alguien sin descanso”. La ciudad no está asediada, el que está asediado es el Alcalde y los que los asedian no tienen escrúpulos para afectar la ciudad con tal de golpear a su gobernante.
Publicado en El Colombiano, 25.01.10
Siendo indulgentes digamos que, como es del gusto colombiano, estos colegas estaban exagerando por alguna razón. Exageraciones amparadas en un crecimiento real y preocupante del número de homicidios en la ciudad. En este caso, diré que estos columnistas pecan de “presentismo” o se les olvida el pasado o vivían en Dinamarca y apenas regresan el país. Porque, si se exceptúan los cinco años entre 2004 y 2008, el número de homicidios del año pasado en Medellín es más bajo que el de cualquier otro año desde 1989.
¿Entonces qué pasa? Mi respuesta es que en Medellín pasan dos cosas. La primera es que la criminalidad organizada está reaccionando ante la ofensiva del Estado, la recuperación de la institucionalidad en la ciudad y la pérdida del control ilegal por parte de “Don Berna” y su organización. Esto genera un nivel de violencia que encontró el año pasado algunas condiciones propicias para escalarse.
Es un fenómeno crítico que, sin embargo, no es extraño. Como decía hace poco Mario Vargas Llosa (El País, 10.01.10) hablando del problema del narcotráfico en Occidente, los mafiosos “están aquí para quedarse”. Se trata de una violencia endémica en la que “no importa cuántos capos y forajidos caigan muertos o presos ni cuántos alijos de cocaína se capturen” porque a “los narcos caídos los reemplazarán otros, más jóvenes, más poderosos, mejor armados”. Pasa en México, en Rio, en Calabria. Y la sociedad debe unirse para enfrentar este fenómeno sin la desesperación de los que creen que Medellín puede ser El Vaticano.
Pero lo más grave que pasa en Medellín es precisamente que la solidaridad institucional y política se ha roto. Voy a citar una nota que circula en la red firmada por el periodista de Radio Súper Jorge Luis Cano en la que, después de varios párrafos de insultos contra el Alcalde, dice “que se caiga lo que esté cojo pero que se acabe el bazar de las mentiras y de las cosas inútiles”. Esta es la filosofía de los enemigos del Alcalde: crear el caos en la ciudad, destruir lo ganado en imagen positiva nacional e internacional. En suma, los enemigos del Alcalde se han convertido ya, hoy, en enemigos de la ciudad.
La segunda acepción de asedio que trae el diccionario es “importunar a alguien sin descanso”. La ciudad no está asediada, el que está asediado es el Alcalde y los que los asedian no tienen escrúpulos para afectar la ciudad con tal de golpear a su gobernante.
Publicado en El Colombiano, 25.01.10
miércoles, 20 de enero de 2010
Los 60 del gran llorón
Tom Waits acaba de cumplir 60 años. Bueno, casi. Nació el 7 de diciembre de 1949, así que llego un poco tarde al onomástico. Al fin y al cabo es muy complicado para el pobre Tom competir con las velitas, la tensión de los últimos días de trabajo y las finales de un campeonato de fútbol en el que mi equipo llevaba todas las ventajas.
Pero aún así, esto no se puede pasar por alto. Por la sencilla razón de que Waits es uno de los grandes. Siempre hablo de un quinteto de supremos y allí estará él siempre. Pero puede soportar tan bien la presión que, si me lo exigen, entrará también en una trinidad. Llevo 25 años oyéndolo gracias al primer compilado (Anthology, Elektra) que Saúl Álvarez estaba feriando en la 19. Y tenía ya 12 años de carrera desde que grabara Closing Time en 1973.
Waits pasa por ser un gran clown. Incluso, alguien dijo que si Estados Unidos fuera un país de payasos, el gran jefe sería él y no Springsteen. Pero uno no se ríe con sus canciones, al menos no es la primera reacción ni la más común. El arte de Tom Waits es provocar lágrimas por chorros. Otro más dijo –y está más cerca de lo que pienso– que Waits hace tango sin saberlo. Gran payaso o gran llorón, un artista de los grandes… esperamos más discos y desesperamos por verlo en un escenario.
Top Five de canciones (muy provisional):
Tom Traubert’s Blues
Who Are You
All The World Is Green
Long Way Home
Anywhere I Lay My Head
Pero aún así, esto no se puede pasar por alto. Por la sencilla razón de que Waits es uno de los grandes. Siempre hablo de un quinteto de supremos y allí estará él siempre. Pero puede soportar tan bien la presión que, si me lo exigen, entrará también en una trinidad. Llevo 25 años oyéndolo gracias al primer compilado (Anthology, Elektra) que Saúl Álvarez estaba feriando en la 19. Y tenía ya 12 años de carrera desde que grabara Closing Time en 1973.
Waits pasa por ser un gran clown. Incluso, alguien dijo que si Estados Unidos fuera un país de payasos, el gran jefe sería él y no Springsteen. Pero uno no se ríe con sus canciones, al menos no es la primera reacción ni la más común. El arte de Tom Waits es provocar lágrimas por chorros. Otro más dijo –y está más cerca de lo que pienso– que Waits hace tango sin saberlo. Gran payaso o gran llorón, un artista de los grandes… esperamos más discos y desesperamos por verlo en un escenario.
Top Five de canciones (muy provisional):
Tom Traubert’s Blues
Who Are You
All The World Is Green
Long Way Home
Anywhere I Lay My Head
martes, 5 de enero de 2010
Sandro, un grande
A propósito de la muerte de Sandro (1945-2010) –que no es lo mismo que la de Roberto Sánchez Ocampo –hay que volver al tema de la diferencia entre la música y la música popular. Los medios argentinos comparan al cantante con otros ídolos populares del deporte o la televisión, no con miembros de la farándula musical, aunque algunos han mencionado a Gardel entre sus pares.
Puede gustar mucho o poco, de hecho he preferido a otros sobre él, pero lo que resulta indiscutible es su vigencia en el alma popular. Buen cantante, muy lejos de Raphael; compositor aceptable en su trabajo con Oscar Anderle, muy lejos de Juan Gabriel. Pero con una capacidad excepcional de comunicación sentimental con el público.
En mayo del 2004 pude verlo en el que fue, tal vez, su último concierto en el Gran Rex en Buenos Aires y la atmósfera previa lo decía todo*. No era necesario que hubiera salido al escenario para percatarse del tipo de fenómeno ante el que estábamos. Ha muerto un grande. Un hijo legítimo del rock que emigró a la balada cuando era necesario. Que dejó de imitar a Elvis para construirse un personaje más latino.
Mi Top Five:
Dos solitarios
El hombre que perdió sus ilusiones
Después de la guerra
Pupilas de cielo breve
Sin sentido
* Efectivamente, como contsa en nuestras contraseñas, fue la última función de la última gira ("La profecía") de Sandro, el domingo 16 de mayo del 2004. Nuestras sillas: Fila 25, asientos 121 y 123.
Puede gustar mucho o poco, de hecho he preferido a otros sobre él, pero lo que resulta indiscutible es su vigencia en el alma popular. Buen cantante, muy lejos de Raphael; compositor aceptable en su trabajo con Oscar Anderle, muy lejos de Juan Gabriel. Pero con una capacidad excepcional de comunicación sentimental con el público.
En mayo del 2004 pude verlo en el que fue, tal vez, su último concierto en el Gran Rex en Buenos Aires y la atmósfera previa lo decía todo*. No era necesario que hubiera salido al escenario para percatarse del tipo de fenómeno ante el que estábamos. Ha muerto un grande. Un hijo legítimo del rock que emigró a la balada cuando era necesario. Que dejó de imitar a Elvis para construirse un personaje más latino.
Mi Top Five:
Dos solitarios
El hombre que perdió sus ilusiones
Después de la guerra
Pupilas de cielo breve
Sin sentido
* Efectivamente, como contsa en nuestras contraseñas, fue la última función de la última gira ("La profecía") de Sandro, el domingo 16 de mayo del 2004. Nuestras sillas: Fila 25, asientos 121 y 123.
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