Como en la música popular es más importante la cultura que la música propiamente dicha, me parece conveniente dividir el Top Ten de la primera década del tercer milenio en dos partes: la primera, de acuerdo el impacto social y artístico de los álbumes, la segunda por su propuesta musical.
Parte uno:
The Rising – Bruce Springsteen. Nadie en el mainstream produjo tanto y de tanta calidad en la década. Este álbum fue la respuesta al acontecimiento más importante de estos años: el ataque a las Torres Gemelas.
Fíjate bien – Juanes. Nunca antes un artista latino, cantando en español, con temas latinoamericanos, tuvo tanto éxito comercial y social. No hubo continente que se resistiera a la sinceridad del colombiano.
In Rainbows – Radiohead. La banda más importante de los últimos veinte años, revolucionó el uso de la red y marcó una nueva tendencia en la industria sin hacer un solo video.
A Bigger Bang – The Rolling Stones. ¿Mucho indie, fusiones étnicas y voces exóticas? Sus satánicas majestades mostraron la vigencia del rock con toda la obviedad que los caracteriza.
Get Behind Me Satan - The White Stripes. De la mano del artista más prolífico de la década, una revolución desde la tradición.
Parte dos:
Raising Sand – Alison Krauss & Robert Plant. Con la producción de T-Bone Burnett un par de íconos refrescaron la música.
Don’t Give up on Me – Solomon Burke. El regreso del Reverendo para dejar claras las cosas en el soul.
You Are the Quarry – Morrisey. Entre el glamour y la farándula, el cantante de Manchester pone en evidencia todas las imitaciones.
Cuatro caminos – Café Tacuba. La mejor banda de rock de América Latina se expone con un disco delicioso.
The Hours – Philip Glass. Si usted creyó que el drama estaba en la actuación de Nicole Kidman o en la historia de Virginia Wolf estaba sordo. Una banda sonora memorable.