Toda guerra civil es una guerra entre hermanos y toda disputa entre hermanos físicos o espirituales ha admitido siempre la comparación con la guerra civil. En el primer caso la metáfora está en la hermandad para aludir a la amistad política que debería subyacer en la pertenencia a una misma “patría”. En el segundo caso la metáfora es la guerra que refiere desavenencias, conflictos, rupturas.
Siempre se puede escuchar “Hermanos en armas” en las dos versiones. Publicada en 1985 en el gran álbum “Brothers in arms”, la canción fue compuesta por Mark Knopfler, como solía suceder con Dire Straits. ¿Son los hermanos en armas sólo aquellos que nos acompañan en la batalla y que no desertan de nuestro lado? ¿Acaso la niebla que “es ahora mi hogar” no esconde también al hermano que está en la otra trinchera?
Las estrofas de “Brothers in arms” están llenas de imágenes bélicas, “campos de destrucción” y “bautismos de fuego”. Pero la tercera, se concentra en el problema de las diferencias: “Hay muchos mundos diferentes/ con muchos diferentes soles/ y nosotros que tenemos que vivir en uno/ vivimos en mundos distintos”. La miseria humana es que sólo en la inminencia del adiós se entiende la tontería de librar una guerra contra nuestros hermanos en armas.
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