lunes, 5 de diciembre de 2016

Los justos en nuestra guerra

¿Quién es justo? Supimos de la pregunta de Yhvh a Abraham, pero el contenido de la categoría quedó en el aire. ¿Y quién es justo en medio de una guerra o de una violencia inclemente? Justo, perdón, sería todo aquel que actuara justamente. Lo que ha hecho prohibitivas las guerras es que hoy es prácticamente imposible combatir con justicia. El más justo de los guerreros carga consigo decenas de crímenes de guerra así sea por las restricciones que le impone la técnica.

Buscamos a los justos entre los no combatientes. El modelo judío más conocido es el caso de Oskar Schindler. Como modelo tiene la virtud de exigir un testimonio individual, concreto, que incluye el dar protección a alguien, hacerlo inmune a una agresión. No dudo de su validez pero sería una reducción quedarse solo en este tipo de casos que, por demás, fueron de violencia unilateral y no de guerra.

Una definición poética fue ensayada por Italo Calvino (1923-1985) quien habló de quitarle espacio al infierno, en nuestro caso al infierno de la guerra. Los ejemplos pueden tornarse más elusivos, algunos discutibles, pero darían cuenta de los múltiples modos en que personas, comunidades, asociaciones, contribuyeron a salvar vidas y a preservar espacios de vida en medio de la destrucción.

Quiero recordar en Colombia a los promotores de la neutralidad activa en los años noventa; un invento de los líderes de muchas comunidades indígenas que deseaban protegerse de los atropellos de todos los ejércitos. La neutralidad fue un mecanismo práctico de resistencia a la lucha armada. A fines de los ochenta, algunos organismos no gubernamentales con antecedentes radicales adoptaron un perfil moderado y pacifista, especialmente los que se aglutinaron en Viva la Ciudadanía, iniciativa surgida al calor del proceso constituyente de 1991. Menciono los antioqueños: Escuela Nacional Sindical, Corporación Región y Conciudadanía.

En mi libro más reciente, Las ideas en la guerra (Debate, 2015), destaco algunos intelectuales que se lanzaron contra la corriente y que preconizaron un modo de hacer política y de cambiar las leyes por mecanismos deliberativos y bajo preceptos éticos, el fundamental de respeto a la vida. Los rememoro: Cayetano Betancur, Francisco Mosquera, Carlos Jiménez Gómez, Estanislao Zuleta, Jorge Orlando Melo, Francisco de Roux y Antanas Mockus.

En las guerras no solo hay víctimas y victimarios –este lenguaje pertenece más al campo penal e induce a una mentalidad punitiva. De hecho, las guerras contemporáneas están llenas de figuras complejas: victimarios-víctimas, víctimas-victimarios. Hay inocentes, millones, pero no todos lo son. Y también justos que fueron capaces de salvar a otros, cuando estaba a su alcance hacerlo.

Este será el tema del foro “Justos en el conflicto armado colombiano” que servirá como evento inaugural del Centro Nicanor Restrepo Santamaría para la Reconstrucción Civil, fundado por las universidades Nacional de Colombia, de los Andes (Bogotá), EAFIT y FLACSO-México.

El Colombiano, 4 de diciembre

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