lunes, 14 de diciembre de 2015

Sin ránquines

No tengo una muestra mínima de productos culturales del 2015 como para hacer con alguna seriedad un ejercicio de listados, que tanto me gustan. Pero no puedo dejar de mencionar algunos que valieron la pena y otros que quedan en la fila para vacaciones o el año entrante.

Empiezo por el cine. Mis películas del año están en los puntos opuestos del mismo arco. Al final “Mad Max”, la continuación de la saga distópica de George Miller con más adrenalina, decibeles y vértigo, pero también con más ternura. Al principio “Magia salvaje”, lo más parecido al mundo antes de la destrucción a la que lo estamos sometiendo, el país que no conocemos y ya estamos empezando a conocer gracias al desescalamiento de la violencia. Habrá que prestar atención a “The Martian”, donde todo conspira para ver un buen resultado.

En libros, el premio Rómulo Gallegos hizo que el país le prestara atención a Pablo Montoya Campuzano y a toda su obra hasta hoy. La novela galardonada recibió toda clase de elogios, pero hay que volver sobre otras; “Los derrotados” puede ser un buen comienzo. Aunque salió a fines del año pasado, “El instante maravilloso” llegó al país en este. Se trata de una antología de poesía rusa del siglo XX editada por Jorge Bustamante García para la Unam. Toda la sensibilidad de los hombres y mujeres que sufrieron el bolchevismo. ¡Ajmátova!

“La historia de la Corte Suprema de Justicia de Colombia (1886-1991)”, del profesor de la Universidad Icesi Mario Cajas Sarria es, probablemente, el libro más importante que se publicó en Colombia este año; desde una perspectiva histórica y social. Cajas llena un hueco grande para la comprensión del país. La editorial Acantilado publicó la traducción de “La música en el castillo del cielo”, el Bach del director y escritor John Eliot Gardiner. A última hora hojeé el libro sobre los 85 años de la Liga Antioqueña de Fútbol que se ve muy encantador; el proyecto lo hizo Universo Centro. Habrá que prestar atención al ensayo de Ramiro Ceballos, “Razón rebelde. Pequeño tratado de la virtud crítica” publicado por la Universidad de Antioquia.

Queda la música. Este año me quedo con una mujer sencilla, fuera de la farándula ya casi grotesca, gran cantante, instrumentista, compositora. Se llama Rhiannon Giddens y salió de la foto de grupo a la individual con el álbum “Tomorrow is My Turn”. Más datos en la revista “La Vitrola” que se publica en Envigado. Notable que “Rolling Stone” haya incluido a Bomba Estéreo en su top 50 del año; no sé si algún artista colombiano subió tan alto en la apreciación de la biblia de la música popular. Atención a discos locales muy buenos: “Nochedumbre” de David Machado, canciones, y “Alzando vuelo” de F-31 Quinteto, tangos.

Me quedan tres palabras: vamos, vamos Medellín.

El Colombiano, 13 de diciembre

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