domingo, 25 de octubre de 2015

Ciudadanía

Llegó la hora de la ciudadanía. Amarillean afiches y pasacalles, se desperfilan los ejercicios de Photoshop y ya dejamos de mirar algunos rostros llenos de botox para rejuvenecer filipichines. Olvidaremos algunas vallas a las que les sentaría bien un letrero de “se busca” (“también caerán”) en la parte superior. Y dejaremos de oír la saturación radial de propaganda política pagada y la subliminal que se sueltan comentaristas deportivos y pinchagujas. Dejaremos de ver lo que se ve y de oír lo que se oye.

En muchas partes se sentirán aliviados porque pesa más lo que no se oye ni se ve. La presión de los combos para que las comunidades se callen y voten por “el duro”. El estrés de los paterfamilias que se “apuntaron” en una campaña para recibir contratos en el próximo cuatrienio. El temblor ignorante de las familias que cuidan un pequeño puesto burocrático como si fuera un regalo y un tesoro. El cinismo del sujeto que vende el voto o la torpeza del que se deja comprar lo que es suyo, sus derechos.

Al final de la fila, en la mesa de votación, en el cubículo, se necesita poco valor para poner la equis donde le plazca y donde le dijeron, compraron, obligaron. En el acto de votar, ser ciudadano dura cinco segundos y requiere –en la intimidad– una pizca de personalidad. Vote como quiera, libremente, sin miedo y sin rabia, sin obsecuencia ni reverencia y verá cómo se siente de bien. Ganaríamos mucho todos si cada uno ante el tarjetón es él mismo y no el jefe de combo, el patrón contratante o el jefe manipulador.

Ahora. Ganamos más si el ciudadano piensa en su situación, la de Medellín y la de Antioquia. ¿Cree que van mal Medellín y Antioquia? Vote por los candidatos del cambio, por los críticos acérrimos de la gestión de Aníbal Gaviria y Sergio Fajardo. ¿Van bien Medellín y Antioquia? Los candidatos que quieren avanzar a partir de lo que se ha hecho son pocos. Para la Gobernación de Antioquia solo Federico Restrepo da certeza sobre la continuidad de la obra de Fajardo. Para la Alcaldía de Medellín la única amenaza seria a los progresos de las últimas tres administraciones es Juan Carlos Vélez, sin ideas, cuya carta de presentación consiste en que va a seguir las instrucciones de un senador de la república. ¡Por favor!

Tengo muchas dudas de que –como dicen algunos analistas– las elecciones regionales sean intrascendentes. Son periodos de cuatro años. En los próximos cuatro años habrá posconflicto y desaceleración económica. Los niveles de incertidumbre y riesgo en los planos social, económico y político serán muy altos. Ello demanda gobernantes con alta preparación, buenos equipos, ideas renovadoras y gran imaginación. Los demagogos y parlanchines, los clientelistas y corruptos, solo agravarán las cosas.

El Colombiano, 25 de octubre

1 comentario:

Maroa dijo...

Espero que el próximo domingo, o antes si es posible, comparta con sus lectores el análisis de esta jornada electoral que nos dejó un amargo sabor.