martes, 29 de diciembre de 2009

2-Top Five

Como en la música popular es más importante la cultura que la música propiamente dicha, me parece conveniente dividir el Top Ten de la primera década del tercer milenio en dos partes: la primera, de acuerdo el impacto social y artístico de los álbumes, la segunda por su propuesta musical.

Parte uno:

The Rising – Bruce Springsteen. Nadie en el mainstream produjo tanto y de tanta calidad en la década. Este álbum fue la respuesta al acontecimiento más importante de estos años: el ataque a las Torres Gemelas.

Fíjate bien – Juanes. Nunca antes un artista latino, cantando en español, con temas latinoamericanos, tuvo tanto éxito comercial y social. No hubo continente que se resistiera a la sinceridad del colombiano.

In Rainbows – Radiohead. La banda más importante de los últimos veinte años, revolucionó el uso de la red y marcó una nueva tendencia en la industria sin hacer un solo video.

A Bigger Bang – The Rolling Stones. ¿Mucho indie, fusiones étnicas y voces exóticas? Sus satánicas majestades mostraron la vigencia del rock con toda la obviedad que los caracteriza.

Get Behind Me Satan - The White Stripes. De la mano del artista más prolífico de la década, una revolución desde la tradición.

Parte dos:

Raising Sand – Alison Krauss & Robert Plant. Con la producción de T-Bone Burnett un par de íconos refrescaron la música.

Don’t Give up on Me – Solomon Burke. El regreso del Reverendo para dejar claras las cosas en el soul.

You Are the Quarry – Morrisey. Entre el glamour y la farándula, el cantante de Manchester pone en evidencia todas las imitaciones.

Cuatro caminos – Café Tacuba. La mejor banda de rock de América Latina se expone con un disco delicioso.

The Hours – Philip Glass. Si usted creyó que el drama estaba en la actuación de Nicole Kidman o en la historia de Virginia Wolf estaba sordo. Una banda sonora memorable.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Es roja otra vez y es la quinta

El Poderoso terminó la década por lo alto: no sólo cerrando un periodo de cinco finales y tres títulos, sino con una campaña formidable que no dejó ninguna sombra de duda desde la eficacia de las clasificaciones ni la calidad del juego ni la entrega de todos los jugadores ni la brillantez de algunos.

El desempeño del equipo fue tan magnífico y arrollador que los comentarios aviesos de los habituales antipáticos gratuitos que tenemos en los grandes medios movieron a risa más que a rabia. Y a posteriori, los desatinos de Eduardo Lara se ven mayúsculos pues no supo ver en qué equipos estaban los jugadores que necesitaba la selección para las eliminatorias. Lara no comprendió el valor de los veteranos como Choronta ni de los jóvenes como Jackson… bien retirado esté.

Sueños del balón corrigió algunos errores infantiles cometidos a principios de año y acertó contra pronósticos en la elección de Leonel Álvarez. No porque haya ganado, sino porque recuperó a una leyenda que estaba nublada por otras divisas, la trajo a su lugar original y esto llenó de orgullo a la hinchada y de seguridad a los jugadores.

En muy poco tiempo, Leonel y los jugadores le dan otra oportunidad a la dirigencia de llevar la institución a un nivel alto y estable, con una presencia constante en torneos internacionales y lucha permanente por el título colombiano. Pero, sobre todo, con respeto por la afición.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Obama y la guerra justa

Valentía, audacia e inteligencia son atributos que exhibió Barack Obama en su discurso de recepción del Premio Nóbel de Paz. Tal vez haya sigo el primer político laureado que se comporte como estadista y no como un hombre moralmente bueno, halagado por un reconocimiento a su virtud. Tal vez haya sido la primera persona receptora del Premio que haya hablado de la guerra en términos más filosóficos y políticos que morales.

Obama ha expuesto con claridad la tradición intelectual más larga y fructífera de Occidente cual es la de la guerra justa. De contera, ha puesto en entredicho la doctrina moderna europea de la guerra legal que ha puesto a Occidente en un atasco desde la Segunda Guerra Mundial, porque los preceptos de la guerra legal son contradictorios e inservibles.

Tanta o más importancia que su discurso en El Cairo tiene este. Los asuntos planteados son, y deben ser junto a otros, el centro de la reflexión contemporánea sobre la relación entre la guerra y la política. El texto completo puede leerse en: http://www.univision.com/content/content.jhtml?cid=2203698

lunes, 7 de diciembre de 2009

Guerra civil posmoderna




Aplicar categorías schmittianas de política exterior para llegar a ser
kantianos en política interior. Ese es el reto teórico de este libro que no
puede ser leído al margen de situaciones concretas. Su relevancia reside en que
esas sitauciones concretas no son circunstanciales, sino estructurales. Eso hace
de este trabajo un genuino esfuerzo de pensar la politica, de usar al filosofía
política no tanto en exégesis académicas, eruditas o meramente teóricas, sino en
poner la teoría al servicio de los problemas del presente.



José Luis Villacañas, Universidad de Murcia